Emoción y conflictos
“Una serpiente entró en un taller de carpintería y pasando por encima de una sierra se hirió levemente. Furiosa, regresó y mordió la sierra; al hacerlo lastimó su boca y sangró. Entonces, sin entender lo que estaba sucediendo y sintiéndose atacada, decidió rodearla para sofocarla con todo su cuerpo apretándola con todas sus fuerzas. Terminó matándose ella misma».
La moraleja sería Escoge bien qué batallas quieres pelear. ¡No todas valen la pena!”
Pero si queremos darle una vuelta más al tema, te propongo que prestes atención a las emociones que están detrás de las situaciones que te generan un conflicto con los demás y en tus relaciones.
Si miras tus emociones vas a poder cambiar tus pensamientos y viceversa, así podrás abrir un mundo de posibilidades y de acciones.
Albert Einstein decía
“No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos”
Receta simple para comenzar a resolver conflictos
Parece sencillo, pero a todos los seres humanos nos cuesta llevar a la práctica.
Consiste en:
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tener una mente abierta,
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practicar la empatía
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practicar una actitud positiva.
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deshacerse de los juicios.
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comunicar asertivamente.
Tener una mente abierta, significa que escuchamos a la otra persona antes de responder por impulso emocional y estamos abiertos a las distintas posibilidades que nos plantea.
Practicar la empatía, significa tratar de comprender lo que le pasa al otro, la experiencia, perspectiva y sentimientos de la otra persona.
La neurobiología a descubierto las neuronas espejo que cumplen un papel fundamental en la empatía, si las activamos son grandes aliados para encontrar soluciones a los conflictos del día a día.
Estudios recientes han demostrado que las emociones son contagiosas, pueden moverse entre las personas. Seguramente si abordamos un conflicto con empatía tendremos resultados distintos a que si lo abordamos con ira o desconfianza.
Deshacerse de los juicios, significa dejar atrás prejuicios, llegar a conectar realmente con la otra persona, con lo que expresa verbalmente y con su actitud corporal.
Practica una actitud positiva, manifiesta tu entusiasmo por encontrar una solución, por crear algo nuevo con esa persona con la que tienes el conflicto.
No tengas miedo a que te cuestionen o se opongan a lo que dices o a tu opinión.
“No tengas miedo a la oposición, recuerda que una cometa vuela al estar contra el viento, y no con el viento.” Hamilton Mabie.
Sobretodo con hijos adolescentes, mantén la mente abierta, escucha, practica la atención plena.
Comunica asertivamente, di lo que pides y ofreces para la solución del conflicto en forma clara, simple y directa, en el momento oportuno.