fbpx

El biólogo Bruce Lipton en su libro “La bilogía de la creencia” explica que los genes y el ADN no controlan nuestra bilogía, sino que es el ADN el que está controlado por las señales procedentes del medio externo celular, entre las que se destacan los poderosos mensajes que provienen de nuestros pensamientos  positivos o negativos… del ambiente donde nos desarrollamos”.

El ser humano necesita un periodo prolongado desde que nace para poder aprender cómo sobrevivir. Y eso los niños lo aprenden de los padres o de la persona que cumple esa función de padre/madre, del ambiente familiar donde crece.

Durante los primeros años de vida los niños/as aprenden todo de los padres, modelan, absorben como esponjas cada gesto, cada palabra, cada mirada, cada silencio, cada emoción, como los padres/madres gestionan sus emociones, cada cosa que ocurre en el ambiente familiar.

Los valores, límites, creencias, mandatos, hábitos quedan impresos en nuestros hijos desde muy temprana edad.

La paradoja es que ningún ser humano nace sabiendo ser padre/madre, se aprende día a día, en la relación con los hijos/as. Los padres/madres crecen y aprenden con el niño o la niña a través de la interacción en el vínculo.

El vínculo se construye día a día, minuto a minuto.

De allí la importancia de que los padres/madres tengan una mente abierta y una mirada hacia si mismos/as para poder observar y analizar, creencias, mandatos, miedos que como todo ser humano tienen para ver si realmente quieren transmitírselos a los hijos/as.

Mirar y crecer en el vínculo para que la educación se transforme de una educación y vinculación con los hijos/hijas de modo automático a una educación consciente.

Una educación en donde se puede observar, analizar cómo se comunica en la familia, cómo se gestionan las emociones, cómo se disfruta y se acompañan en familia, cómo estar presente en el vínculo, como acompañar cada etapa del desarrollo del niño/niña.

Por eso te propongo Ser lo que quieres ver en tus hijos/as.

Anímate a ser tú mismo/a para dar la mejor versión de ti a tus hijos/as.

Que desafío maravilloso que le pone la vida a los padres/madres, crecer como seres humanos con los hijos/as.

Si aceptas este desafío maravilloso, te propongo unas coordenadas que te serán muy útiles para el día a día en familia y para lograr la armonía familiar.

Son guías que te mantendrán en el camino para que no pierdas el objetivo de crecer con tus hijos/hijas y disfrutar de esa magnífica oportunidad.

      1. Conócete a ti mismo/misma, revisa creencias, mandatos, miedos, emociones que puedan estar influenciando la relación con tus hijos
      2. Se congruente, haz lo que dices, los hijos copian y modelan a los padres/madres
      3. Armonízate, encuentra tu centro, tu ser personal y vuelve a él cuando lo necesites. Eso te permitirá estar presente en el vínculo con tu hijo/hija
      4. Ama, de forma incondicional, sin apegos, sin exigencias, con respeto al ser humano que es tu hijo/hija.

El ser padre/madre esta infravalorado en la sociedad actual, todo pasa por el tener, el hacer, y se descuida el ser.

Recuperemos el valor de educar y conectar con los hijos/hijas desde el ser. En estos momentos difíciles de pandemia, podemos estar abrumados por el día a día con los hijos pero también son una oportunidad para conectar con ellos/ellas, para ellos/ellas también son momentos de angustia y muchos cambios.

Así podremos dejar un legado real a nuestros hijos/as y no una bomba de tiempo, llena de prejuicios, temas irresueltos, miedos, fantasmas que pueden explotar en cualquier momento.

Déjame en comentarios qué te ha parecido y si tienes alguna duda o pregunta, estaré encantada de contestarte.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad