En la habilidad de generar acuerdos en familia esta la clave de vivir en armonía.
La vida en familia está llena de momentos gratos, alegres y momentos desafiantes, de discusiones que parecen nunca acabar y conflictos que se instalan por un tiempo, a veces por mucho un tiempo.
En todo grupo humano se generan desavenencias, luchas de poder, malestares, que si no se les presta atención se enquistan en el grupo, son motivo de nuevos conflictos y resquemores.
El conflicto y los acuerdos
El conflicto, las desavenencias, forman parte de la convivencia y de la vida en familia.
Muchas veces los conflictos aparecen en ciertas etapa de la vida:
- Cuando los hijos comienzan la adolescencia, la diferencia de opiniones con los padres, la búsqueda de su propia identidad muchas veces no se adecua con los deseos o expectativas de los padres.
- Otra de las etapas donde pueden surgir conflictos es entre hermanos, cuando los padres se hacen mayores, necesitan atención. Pueden surgir conflictos que han sido escondidos o dejados de lado durante muchos años.
Diferencias en los criterios de educación, fijar límites, autorizaciones a los hijos adolescentes
El conflicto, las desavenencias, forman parte de la convivencia y de la vida en familia.
Acuerdos en caso de divorcio o separación
Estos conflictos que pueden darse a lo largo de la vida de la familia, pero, pueden verse agravados en los casos de separaciones o divorcios o en caso de familias ensambladas, donde hay distintos intereses, puntos de vista, enojos, recelos. Ponerse de acuerdo sobre temas del día a día de los hijos/hijas parece una tarea titánica.
En estos casos de divorcios y/o separaciones es bastante común perder la objetividad, la gran cantidad de emociones, el cambio que se genera en la familia juegan una mala pasada y los que pueden salir perjudicados son los hijos/hijas.
En estos casos los hijos/as tienen un doble desafío, aceptar la separación, divorcio de los padres, y además lidiar con los enojos y los conflictos entre ellos. A veces quedan en medio de luchas de poder que no llegan a comprender, se generan situaciones de mucho estrés y las relaciones entre los integrantes de las familias se ven afectadas.
Integrando el diálogo
Cuantas veces nos encontramos en familia ante situaciones que no sabemos resolver, que ya hemos intentado varias veces pero siempre se genera un conflicto.
Los conflictos familiares son muy dolorosos. Existen y de nada sirve esconderlos o mirar para otro lado. Hay que impedir que se instalen.
Muchas veces los integrantes de las familias no saben cómo resolver estos conflictos que surgen en el hogar. Para ello es importante tener presente ciertas herramientas y desarrollar habilidades que pueden ayudar, evitar, morigerar o solucionar los conflictos.
El dialogo, acompañado por la escucha, la comunicación asertiva, reconocer las propias emociones, las de la otra persona, ya sea pareja, hijo/a, son buenas habilidades.
El dialogo, en el momento oportuno, es el comienzo de un acuerdo. Poder decir lo que cada una de las partes siente, piensa, quiere. Escuchar y diseñar nuevas pautas de convivencia o nuevas acciones sanadoras del vínculo.
Recuerdo una persona que me contaba que había podido darse cuenta que cuanto más intransigente se ponía ante pedidos o situaciones con su hijo adolescente más conflictos se generaban. Si se mantenía abierta a escuchar y buscar soluciones a lo que le planteaba su hijo generaba en él también mayor apertura y las discusiones se iban diluyendo.
Las emociones juegan un papel muy importante en la escena, poder reconocerlas, gestionarlas y expresarlas de forma adecuada tiene un valor muy importante.
Hay ciertos valores que conviene tener presentes cuando se suceden los conflictos, el respeto, el respeto al ser del otro/a, la comprensión ante las distintas etapas que van transcurriendo en la vida familiar, respeto a las diferencias de opinión. La responsabilidad, entendida como la aceptación de las consecuencias lógicas que genera el accionar personal y de cualquiera de los integrantes de la familia. La aceptación, el humor, la empatía, el diseño de futuro, que quiero para esa relación, para ese vinculo con el hijo/hija con el cual estoy teniendo un conflicto, para esa familia que forme y que está atravesando una etapa especial.
Siempre los acuerdos son posibles, a veces requerirán más tiempo, más dedicación, más responsabilidad.
En breve iremos desarrollando habilidades y herramientas para facilitar acuerdos familiares.
Déjame en comentarios qué te ha parecido y si tienes alguna duda o pregunta, estaré encantada de contestarte.